Feminismo y cine en las aulas

Feminismo y cine en las aulas

Educar con perspectiva de género desde lo audiovisual

El cine no solo entretiene: también construye imaginarios, cuestiona jerarquías y abre conversaciones que muchas veces no encuentran espacio en los libros de texto.

Introducir una mirada feminista en las aulas a través del audiovisual es una forma poderosa de educar en igualdad, desmontar estereotipos y visibilizar otras formas de contar el mundo. Hoy más que nunca, las escuelas, institutos y espacios de formación no formal necesitan recursos que conecten con la realidad del alumnado.

El cine —desde los grandes clásicos hasta los cortos independientes— puede ser una herramienta transformadora cuando se acompaña de reflexión crítica y perspectiva de género.

¿Por qué enseñar feminismo a través del cine?

Educar con perspectiva de género no significa añadir un tema extra, sino mirar las historias desde otro lugar. Trabajar el cine permite analizar qué cuerpos aparecen y cuáles no, identificar estereotipos femeninos y masculinos, detectar dinámicas de poder en las narrativas, visibilizar la ausencia histórica de mujeres en la dirección, el guion o la técnica, y reconocer otras identidades y experiencias, como las de mujeres racializadas o personas LGTBIQ+. El audiovisual nos permite analizar lo que vemos, pero también lo que falta.

En las aulas: del visionado a la reflexión

Trabajar cine con mirada feminista no consiste solo en proyectar una película, sino en proponer preguntas, debates y actividades activas. Se pueden comparar representaciones de género en distintas épocas, analizar personajes femeninos que rompen roles tradicionales, debatir el concepto de la mirada masculina o “male gaze”, crear cortos o videoclips con protagonistas diversas o investigar mujeres cineastas invisibilizadas en la historia del cine.

Este enfoque funciona tanto en educación formal, como ESO, Bachillerato o FP, como en educación no formal, desde casas de juventud y asociaciones hasta centros culturales y AMPAs.

Cine hecho por mujeres: referentes que inspiran

Incorporar cine hecho por mujeres permite cuestionar la visión tradicional y ampliar las narrativas posibles. Nombres como Alice Guy, pionera del cine narrativo, o directoras contemporáneas como Céline Sciamma, Carla Simón, Claudia Llosa, Agnès Varda, Haifaa Al-Mansour o Isabel Coixet abren otras formas de contar y habitar las historias. El objetivo no es solo sumar mujeres, sino cambiar quién mira y cómo se mira.

Cortos y películas útiles para trabajar igualdad

Existen numerosos títulos que funcionan muy bien en talleres, aulas y espacios juveniles. Cortos como El orden de las cosas, películas como Las mujeres de verdad tienen curvasPariah o Persepolis, y materiales accesibles en plataformas educativas como Filmin Educa o iniciativas como Cine y Mujer permiten abordar identidad, autoestima, violencia simbólica o diversidad. También el cine comunitario y los proyectos participativos dan protagonismo a jóvenes que crean sus propias historias desde la experiencia.

Espacios donde el cine educa en igualdad

Más allá de las aulas tradicionales, muchos proyectos feministas utilizan el cine como herramienta pedagógica. Se trabaja en centros sociales, asociaciones vecinales, programas municipales de igualdad y juventud, festivales escolares o cinefórums intergeneracionales. También la formación docente incorpora cada vez más el análisis audiovisual con enfoque de género. Allí donde se proyecta una historia, puede abrirse una conversación transformadora.

Educar mirando de otra manera

El cine nos atraviesa, nos habla y nos forma, incluso cuando no somos conscientes. Por eso, introducir el feminismo en la educación audiovisual no es una moda, sino una necesidad pedagógica y política. Enseñar a mirar con perspectiva de género es enseñar a cuestionar, imaginar y transformar. Las aulas que ven otro cine también pueden construir otro mundo.